Te extraño toda, toda

Anoche gracias a una conversación telefónica pude exteriorizar gran parte de las cosas que me están pasando ahora último. Y creo que necesito sacárlas todas. Extraño mucho a Jani. Demasiado diría yo. Pensaba ingenuamente que quizas esta sensación seria menos con el paso del tiempo, pero no es así.

Estoy casi en la conclusión de que empiezo ya a hartarme-cansarme-frustrarme por lo que vivo. Si, si sé que no soy el único y que hay otras personas que tiene realidades peores a la mía, pero es mi realidad, no puedo sentir por otros, sino lo que yo siento y a veces creo que no podré más. Se me hace tan lejano el fin.

Mi vida ha caido en una continua línea monótona diaria. Sé que me he aislado, y quizás no suene tan real, pero me he dado cuenta que si ando algo solo. tengo amigos a la hora del trabajo, al momento de jugar basquet, tengo amigos en casa y en la iglesia, tengo amigos de Jani y tengo amigos míos, pero cuando acaba la hora de trabajo, o cuando el juego terminó, cuando pasan las 8 p.m. o simplemente en el regreso de mi trabajo a casa ya no están -y lo entiendo- es que simplemente ella si estaba para mi.

La extraño de muchas maneras, pensé en un momento agruparlas, pero creo que mejor será mencionarlas mientras vayan saliendo de mi.

Extraño su voz al amanecer, al preguntarme como dormí o si ya desayuné.

Extraño el aroma de su piel, al natural (que era genial) o con su perfume favorito. Extraño su dedicación constante porque me alimente bien, su sinceridad al decirme que no gustaba de la cocina pero que por mi haría todo para que coma sano. Extraño sus besos de despedida o de encuentro. Extraño sus brazos, sus caricias, sus manos, su cabello, sus ojos olivos, sus sonrisa y sus labios, extra sus lobulos de las orejitas, su cuello, sus divertidíssssimas piernas, sus pies y los dedos de los pies, extraño su cintura, sus caderas y su abdomen, extraño su nariz, extraño su alergia, extraño su contacto, extraño.

Extraño su forma de hacer bien las cosas y de ser super sincera conmigo, correcta como siempre. Extraño que me necesite, que en cualquier momento me llame para que le consiga un dato o la ayude, extraño que me hable, extraño escucharla calladamente, reprimiendo mis ganas de dar soluciones inmediatas entiendo que solo necesita ser escuchada.

Extraño su compañia al anochecer, caminar tomados de la mano, darnos besos en la calle, extraño pertenecer a alguien, ser parte de ella. La extraño al salir a casa cada noche, al caminar por las calles sin escuchar sus ocurrencias y su voz diciendome que me espera.

La extraño al almorzar, mientras miro mi comida, extraño su sazón y su abnegada labor en la cocina solo por nuestro bien y por Abrilcita o Tiago.

La extraño cada sábado cuando me hago tarde para ir a la iglesia, la extraño en la escuela sabática, la extraño al cantar himnos, al orar, al rogar a Dios por nosotros. Extraño su dedicación por aprender más de la Biblia, más de Dios. Extraño cuando orabamos juntos pidiendo que Dios nos permita amarlo más a él para amarnos mejor nosotros.

Extraño ver en su pie el otro par de la media que nos intercambiamos. Extraño que me llame como solía hacerlo con ese cariño real, ese amor que sentía hasta en mis células.

Extraño conversar con ella por largas horas de todo y de nada. Extraño planificar mi vida con ella, extraño planificar nuestra boda. La extraño en el basquet y como nos supimos acomodar a mis caprichos. Extraño ir a visitarla a la casa de sus papas. Extraño ir de compras al mercadito.

Aún sigue lloviendo en mi corazón, pero aún no estás tu.

Extraño salir a caminar con ella y ver como tenia mucha más resistencia que yo. Extraño ir a la playa super temprano, para regresar temprano. Extraño ser uno con ella. Extraño a Jani.

Extraño quedarnos los sábados de tarde luego del almuerzo tendidos en el jardín o la hamaca. Extraño jugar con ella con nuestro perro. Extraño ver la forma en que quería a mis padres y como se los ganaba cada día. Extraño la forma en que me enseñaba a ser mejor.

Jani me dijo alguna vez que yo era un regalo de Dios para ella, pero creo que al final el bendicido y quién recibió el más grande regalo en su vida fui yo.

Me estoy cansando-hartando-frustrando de su ausencia. No está siendo fácil, nadie dijo que sería. Me hace tanta falta. A veces pienso que debería hacerme ya la idea de que todo lo que extraño no ha de volver y asumir mi situación, pero no puedo, no quiero.

Voy a llorar.

Me haces tanta falta, jani. Te extraño toda, toda. Espero despiertes pronto.






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