domingo, 11 de mayo de 2008

Día de la Madre

Puedo cerrar los ojos y recordar cuando junto con Jani, jugabamos a soñar. Jugabamos a imaginar como serían nuestros días para adelante, sobre si es que Dios nos hallaría útiles y predispuesto para "prestarnos" a uno de sus hijos para ser responsables.

Recuerdo cuando ambos coincidimos en que queríamos una nena, y se iba a llamar Abril. Fantaseábamos con eso. Aunque de pronto nos vino la idea, y si es varón: entonces también decidimos un nombre para él, aunque éste nombre prefiero guardarmelo, es mi pequeño tesoro.

Recuerdo como nos aterrabamos frente a la responsabilidad de tener un hijo, yo siempre por el lado material, la parte económica, su educación, el colegio, la universidad, la maestría, el doctorado y Jani por el lado espiritual y la alimentación.

Sonrío al recordar que dije: "Nada de enamoraditos hasta los 30" y ella me dijo Né... hasta los 17 pues.. tampoco queremos que sea una desadaptadita. Pero coincidimos en nada de celulares a los niños.

Cómo me atemorizaba la idea de criar y educar a un ser humano, de velar porque desde el primer instante en que empiece a tomar desiciones por si mismo vea no a este mundo sino hacia la eternidad, recuerdo que ya pensabamos en hacer previsiones.

Siento melaconlía al recordar que habíamos quedado que nunca nos ibamos a contradecir frente a los chicos y que teníamos que éstar preparados porque iban a ser "moscas", recuerdo que me dijo: "Quizas yo ta no esté para jugar con Abrilcita, entonces tu estarás más joven", y yo respondí: "Oye.. nena, no me vengas con cosas ambos estamos en esto"..

Aún puedo escucharnos a nosotros mismos quedar de mutuo acuerdo que yo siempre sería "el malo de la película" para que ella se lleve bien siempre con los nenes.

Recuerdo cuando se me vino una super idea a la cabeza y a ella le encantó, yo no sabía cómo lo iba a hacer pero quería que si teníamos un hijo éste llevaría el apellido de ella delante, para que se mantenga el apellido del papá, al fin y al cabo el orden de los factores no alteraba el fruto de nuestro amor.

Recuerdo que hoy podría haber celebrado con ella el "Día de la futura mamá", definitivamente mi Jani iba a ser la mejor del mundo, y esto lo digo porque entendí que puedes ser "el mejor del mundo" siempre y cuando entregas toda tu voluntad a Dios.

No sé cuanto tiempo estaré lejos de ella, o "cuánto faltará Señor aún" para que la vuelva a ver pero hoy, hoy senti su ausencia, al saludar a su mamá, al abrazar a la mía.

Los días van perdiendo sabor poco a poco y aunque cada día se puede respirar y las horas pasan la frase "nada es igual" cala más y más en mi alma.

Una muy buena amiga (ya casi las hermana que nunca tuve) una vez me dijo: a veces el dolor es inevitable, pero sentirse miserable frente a ese dolor es opcional.

No sé si en tu vida perdiste a alguien, si perdiste a tu compañero de toda la vida, a tu mamá, o a alguien muy especial. Yo, yo perdí a mi futuro, mi otro yo, la mitad de mi, mi complemento y cómo me hubiese encantado enamorarla una vez más en este día y decirle Feliz Día de la Mamá, y hacer que este día especial dure 365 días.

Ahora quedo maravillado al ver como Dios utiliza a las damas, en su fase de damas, amigas, compañeras, enamoradas, novias, esposas, madres, suegras, abuelas, nueras, etc. Porque a través de ellas podemos sentir un aspecto del único amor del Padre Eterno.

Feliz 365 días de las Madres.


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