sábado, 22 de noviembre de 2008

Sex and the City

No recuerdo exactamente cuándo comenzó. Pero sí cómo. Fue antes de mi primer viaje a tarapoto, cuando ella me dijo que le gustaba esta serie, la había empezado a ver y más allá del tema del sexo que atraviesa la trama las aventuras de Carrie Bradshaw, le gustaba en los líos en los que se metía y cómo salía de ellos. Me contó esto con la idea de ver como podía conseguirle algunos capítulos para verlos.

Siendo sincera como siempre lo fue, me dijo que tenia temor de que no me gustara su serie (que terminó siendo nuestra serie), que quizás por el alto contenido de estrógenos yo podría rechazarla, hacerme al muy macho y decir que yo solo veia a "jean claude van damme". Pero no. Así de simple, Sex and the City me gustó, es más me encantó.

Por muchos motivos en general, estuvo bien trabaja, la trama no era aburrida, casi real, NY siempre es NY. Pero lo más importante de todo era la compañia de ella, reír con ella, asombrarnos, ser medios complices e incluso jugar a los críticos expertos y estar en acuerdo o desacuerdo. Por eso llego a ser nuestra serie.

Recuerdo el final de la serie, nos quedamos atónicos a favor y en contra comentando nuestras impresiones y diciendo qué o cuál "cosa" podría haber sido mejor para Carrie. Recuerdo que simpaticé con el ruso ese medio artista pero al final ambos nos quedamos con Mr. Big.

Algo que pudimos encontar en nosotros fue el deseo del encontrar el amor, y las perlas que vienen con él. Puedo decir ahora luego de casi cuatro años de haber compartido con ella tantas cosas, que si existe; y aunque no duró como para comer perdices mientras duró fue un EdP (eau de parfum) -una concentración exquisita de amor, confianza, sinceridad, preocupación, aprendizaje, amor otra vez y esperanza- algo que quizas a muchos les toma una "eternidad encontrar" y que a mi me la obsequiaron.

Al final de la serie Carrie se queda con big y termina ahi. Pero justo cuando ellos terminaron para empezar a conocerse, nosotros empezamos nuestra ruta al matrimonio. Puede que tengas tu versión personal sobre lo que esto signifique -pero ni en mil años- podrá ser lo que para mi es. Matrimonio, para ti, para mi, para nadie más.

Hoy después de huir de la película de la serie, la ví: Sex and the City, The movie. Fue lindo, mi memoria selectiva me hizo vivir momentos, de tarapoto, de lima, de aquí y de allá. Reí, sonreí, me indigné. Compartí con Carrie la alegría de casarse, compartí con Mr. Big la paraplegia mental previos al gran día. Te extrañé tanto Jani hoy, tantas veces Jani.

Al final Carrie y Mr. Big se casan como debería de ser. Yo? no yo no me casé y es por eso que lloré al final -si debo aceptarlo, y aunque no lo entiendo, aquella basurita que me entraba en el ojo repentinamente en alguna película; sinceramente le gustaba a Jani- no lloré porque deberíamos haber sido nosotros los que se hubiesen casado, sino que lloré porque el final sin que ella lo hubiese sabido fue tal cual lo imaginamos, sencillo y privado.

Perdoname amiga madre por no avisarte que iba a ver la peli, pero es que no habia otra forma de verla yo solo.

Me alegra haber llorado hoy, necesitaba hacerlo. Los frios recuerdos desde hace un año llegan hoy calidos listos para calar los huesos, listos para vivir otra vez.

Antes de irme a dormir pensando ti (Jani), solo me queda decir (como Ludwig Van Beethoven):
Ever yours
Ever mine
Ever ours.


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